Una bonita y curiosa traviesa a la vuelta de mi barrio: Tamara
ó donde sea hay culos lindos, pero hay que saber buscar

Me gusta la aventura. A pesar que cada encuentro me implica mucho esfuerzo y cansancio, lo disfruto. Es que vivir al sur de la CDMX, esa zona entre las alcaldías Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta, tiene serias desventajas. Dos muy gachas:
- por un lado no hay mucha oferta de chicas anunciándose (ya saben, es una zona donde los usos y costumbres, la doble moral y la transfobia pesan mucho), y aunque hay chic@s que les gusta dar sentones, no se publicitan, y por otro lado,
- desplazarse a lugares chidos y famosos como PDA, Tlalpan, Insurgentes, etc., implica invertir hasta cuatro horas de traslado (dos de ida y dos de regreso).

Afortunadamente me encontré un comentario en el foro donde recomendaban Telegram, para encuentros cercanos. Dije, ¿será? Lo descargué y lo instalé. ciertamente tardé días para entender la dinámica. Luego, me encontré un grupo local, "Conozcamos". Y lo de siempre: tíos enseñando su pito, gays, tíos con vestidos anticuados abriendo sus nalgas peludas, venta de poppers... para desanimarse. Hasta que, de pronto, me encontré con el anuncio de Tamara: flaca, blanquita, hormoneada, pose sensual, 650 el palo, con lugar, y lo mejor fue cerca de mi barrio, San Juan Ixtayopan, Tláhuac.

La contacté. Me dio informes. Yo repetía todo para confirmar lo que ofrecía y no salir estafado. Paciente me repetía que sí ¡Va! Concreté día y hora: sábado por la tarde.
Llegué a su lugar. Tranquilo. Toqué. No abría. A lo lejos, sobre la calle, vi una chica con minifalda, hombliguera y botas blancas acercándose. Sostenía una caguama. Jamás me imaginé que fuera ella. Me vio a lo lejos y comenzó a correr. Sus movimientos femeninos me pararon la verga al instante. No sé cómo describirlos: sus rodillas hacia dentro y sacando sus caderas, sus hombros hacia atrás, su figura esbelta y su postura erguida resaltaban más sus pechos hormoneados. Llegó hasta mí. 'Hola, llegaste puntual'. Su mirada siempre hacia abajo. Su voz fingida, aguda. Su sonrisa. Su respiración excitada por el trote movían sus pechitos curiosos. 'Fui por una cerveza porque creí que me quedaría esperando'. Abrió la puerta. Me invitó a pasar. Con un ademán insistí que ella primero. Pasó. El pasillo sube unas escaleras. Yo detrás de ella iba morboseando debajo de su minifalda blanca. Ella caminaba cautelosa, como de lado. Con cierto pudor. Aproveché para llevarme una halls a la boca. El momento del traca-traca era inminente. Entramos a su depa. La cerveza en la mesa. Las llaves en el cenicero. Yo en ningún momento dejé de seguirla. La abracé por su espalda. Ella se volteó y por fin vi sus ojos: entre verdes gris claros con sombras, pestañas postizas, siempre sonriendo en carmín, algo narizona, flaquita. Sus brazos me abrazaron por el cuello. Me repegué y comenzamos a besarnos. De esos besos que me gustan, babosos y con lengüitas juguetonas. Con mi coxis daba empujones rítmicos en su vientre. Sonrió en el beso que aún no pausaba. Levanté su pierna izquierda y resbalé mi mano hacia sus nalgas. Piel suave, de hembra trans. Calculé 26 años. No nos despegábamos de ese beso. Aproveché para pegarme aún más a ella. Le subí bien sus brazos que me abrazaban a mi cuello, para que ella se apoyara. Nuevamente levanté una de sus piernas y mi mano a su nalga. La levanté en ese mismo movimiento: 50 kilos que cargué con facilidad. Tamara se sorprendió y suspendió el beso. No lo permití y la calle propinándole otro beso más atascado, mientras mi otra mano levantaba su otra pierna. Ella siempre sumisa. Fui hábil. Sus piernas las cargaba con mis brazos y las palmas de mis dos manos hábilmente abrían sus nalgas; un dedo resbaló entre su tanga y se coló urgando su ano rosita... '¿Ya?' Tamara exclamó extrañada. Yo sonreí. Intentó bajarse, moverse bruscamente, para safarse, pero yo la tenía sometida. Alejé mi dedo de su culo (aclaro que no fui brusco, pero sí dominante, nunca hago nada que la chica no quiera). Me la acomodé bien entre mis brazos para poderla mecer, hacia mí, le daba unos buenos arrimones encima de mi pantalón. Ella explotó en risas. 'Vienes muy urgido, mejor vamos a la cama'. Caminé con ella hacia su cama que nos esperaba al centro de la habitación. La bajé lentamente y ella quedó acostada y yo encima. Nos continuamos besando, mientras me aflojaba el pantalón. Luego besé su cuello y deslicé mi boca dando ligeros mordizcos por entre sus pechos, en su panza. Cuando llegue a su verguita pálida, ella la cubrió con una mano y me dijo que no. No insistí. Entonces, levanté sus piernas al aire, hice su tanguita negra a un lado y le propiné su respectivo mamadón de culo. Acto seguido, terminé de desnudarme y ella hizo lo mismo. Siempre sumisa y sensual. Procedió a hacerme una buena mamada de verga con atención especial a las bolas. Y nos comenzamos la ensartada. Aprecié que ella estuvo siemprpe atenta al cambio de posiciones con dos nalgaditas seguidas. Eso me agradó mucho. Fuimos a parar a un sillón. Ella de rodillas, dándome la espalda, yo bombeando a un ritmo de locos. La música a tope. Alcancé a escuchar 'héchamelos en la boca... los quiero probar'. Dudé, porque a ese nivel de excitación mi amiguito escupe lejos y abundante, pero quería complacerla. Ya en el culmen solita se desenchufó, me quitó el gorro y me mamó con lengüita y esa mirada sensual que no pude resistir más y ¡zaz! Se atragantó con el primer chisguete a presión. Tosiendo se alejó, pero los chorros de semen llegaron a uno de sus ojos, a su frente, su cuello. Me sentí apenado, pero satisfecho.

Fue hasta el intermedio que nos presentamos formalmente. Le caí bien. Ni medí el tiempo que estuvimos. Nos recostamos juntos. La seguía manoseando. Al final, me compartió de su caguama. Fue un buen palo. Terminé bañado en sudor y ella jamás se mamoneó. He repetido varias veces. No se perfuma ni es llamativa, maneja bajo perfil. Es muy discreta, pero le gusta usar lencería bonita, se arregla las uñas y es muy limpia. Siempre coqueta y buena onda. Y lo mejor. A la vuelta de mi barrio.

No sé si por estos lares haya consumidores de traviesas. Pero aquí dejo esta reseña. Reconozco que Tamara no es un avión, ni un gran culo; pero tiene encanto, baila bonito, se esmera por gustarte y quedes complacido al contacto, a la vista.
Muñecas como Tamara, hay que cuidarlas. No hay que malearlas pasándonos de vivos. Darles justo lo que piden: $, amabilidad, respeto y buen trato. Como los caballeros que somos.

Nombre: Tamarah
Telefono: 5510266271
Red Social: https://www.facebook.com/profile.php?id=100020519771621
Ubicación: Tláhuac
Costó de servicio: $650
Dotación: calculo 13 cm
Rol: Yo he estado con ella y ha sido sólo pasiva

   

Last edited by PoloZen (Aug 24 2022 11:50:39)