Para efectos de este relato, tendré que dejar de lado el lenguaje tan adornado y cursi que quisiera emplear, no porque quiera, sino porque la manera en que se desarrolló el encuentro lo amerita.
Ese día le mande mensaje para saber los detalles de sus servicios, me dijo lo que cobraba. Como eso de la 1 o 2 de la tarde le marqué, le dije que dónde se hospedaba y si el encuentro incluía la habitación, me contesto que no, pero que podía hospedarme en el mismo hotel que ella se encontraba y se le facilitaría llegar más pronto. Le dije que me diera como una hora para poder llegar e instalarme y en cuanto lo hiciera le devolvía la llamada para pasarle el número de habitación.
Como a eso de las 3 de la tarde ya estaba instalado, el hotel era “El Castro”, me pareció un lugar demasiado expuesto al estar sobre la avenida, pero ya adentro era demasiado silencioso y discreto. Estando en la habitación le marque para decirle en qué habitación estaba y confirmar todo lo que se había acordado, una hora, poses ilimitadas, relaciones, etc.
Rápidamente me bañe debido a que venía de la calle y había sudado. Estaba nervioso, ¿por qué? ni yo mismo lo sabía; cuando escuche que tocaron la puerta, abrí y entro rápidamente a la habitación, y ahí tenía a… ¡Jimena Greys!; en aquél entonces traía luces y a pesar de los tacones no me pareció tan alta, de sus facciones, me atrevería a decir que sí pasa como mujer. Su tono de piel de color moreno la hace ver demasiado sexy a mi parecer; se notaba que estaba bañada, olía a perfume, traía un pantalón de mezclilla súper entallado y con los tacones tan altos que se había puesto hacían que se viera impresionante, también traía una blusa de leopardo como preparándose para lo que iba a suceder.
Se recargo sobre el mueble que cargaba el espejo, me acerque a ella y nos besamos, sin embargo, sus besos no eran de pasión, más bien eran como de requisito, incluso hacía lo posible por no besarme, tomo mi cabeza y me hincó, se desabotono su pantalón y me puso a engullir su pene, que ya estaba erecto, no les mentiré, no lo disfrute, pero tampoco me disgusto hacerlo, estaba bien rasurada, no olía a nada, no tenía ninguna protuberancia o algo de lo que sospechara a primera instancia.
Así estuve un rato hasta que me tomo del cabello y me retiro de ella para pedirme que le pagara, eso rompió el momento, pero bueno no dije nada. Saque el dinero de mi cartera y se lo entregue, ella no lo contó, se lo metió a su bolsa de mano que traía y volvió a tomarme del cabello para nuevamente hincarme y ponerme a chupar.
Yo estaba erecto, así que me levante y le dije que me devolviera el favor, me quite el pantalón, me senté en el filo de la cama, ella se hinco y me la empezó a chupar –el sexo oral nunca ha sido una de mis predilecciones, lo hago y me encanta ver cuando mi pareja pone sus ojos en blanco, pero recibirlo, no sé, nunca ha sido algo trascendente para mí-, yo estaba súper caliente, recuerdo haberle dicho “quiero cogerte ya”, ella no me hizo caso y siguió chupándomela, hasta que volví a hacerle el comentario, ella me respondió que casi no le pedían cogérsela, que la mayoría de sus clientes querían que ella fuera activa –en ese momento pensé, ¡qué desperdicio!, tan buena que estás; cuando me lo llegan a decir aún lo sigo pensando, pero ya me da igual-.
Le dije que lo sentía mucho pero en serio quería cogérmela, saco un lubricante y un condón de su bolsa, me lo puso, lo embarro de lubricante, se puso en cuatro al filo de la cama, se unto lubricante en el ano, me acerque hasta ella y fui introduciendo mi ser dentro suyo, ella gemía un poco del dolor, me decía que lo hiciera despacio y me detenía con una mano para que fuera pausado. Ya adentro empecé a moverme despacio mientras acariciaba su cuello y su espalda, estrujaba sus senos, estimulaba su pene que estaba bien erecto de la excitación del momento. En cuanto a su verga, me atrevería a decir que está como en el promedio, unos 15 o 16 cm, pero me di cuenta que la tiene gruesa, entonces eso es lo que hace que se vea tan portentosa y entender ¿por qué? le piden que ella sea la activa.
Cada que trataba de subir la intensidad de mis movimientos ella me detenía, ahí supe que cuando me decía que casi no se la cogían, era verdad. Poco a poco se fue soltando y a pesar de que le dolía, parece ser que se dejó llevar por el momento porque de repente estaba cogiéndomela como quería y al ritmo que yo quería, estuvimos así un rato hasta que me dijo acuéstate, me subí a la cama, me recosté y ella se montó sobre mí, con su culo en mi cara y mi pene en la suya –un 69, para que me entiendan-, estando así, no hay que ser un genio para saber lo que se tiene que hacer, ella me la chupaba mientras yo dedeaba su culo y chupaba su pene, o le hacía un beso negro introduciendo mi lengua dentro de su ano. Ella llevó su lengua hasta mi ano y me regresó el favor, ¡wow, ha sido una de las experiencias más chingonas que he tenido!, nunca me lo habían hecho –ahí supe que había sido buena idea llegar y darme un baño antes del encuentro-, ¡y se sintió increíble!.
Pasaron unos minutos y le dije que me la quería volver a coger, ella se volteó montándose sobre mí, como vaquerita, mientras yo entraba y salía de ella, ella recorría mi cuerpo con una de sus manos, mientras con la otra se masturbaba el pene tan erecto que tenía. Duramos un buen tiempo cuando ella eyaculo sobre mi pecho -me aventó su semen en mi pecho-, el cual era muy trasparente, tal vez por las hormonas, acto seguido se quitó de encima, se acostó un rato mientras yo seguía erecto y con ganas de continuar cogiéndomela, me pidió que descansáramos un poco.
Se levantó, me volteo a ver, platicamos de diferentes cosas –cosas que me reservo porque creo que son intrascendentes para fines de este relato-, yo aún quería más, estaba a mil, me acerque a ella y empecé a frotar su verga para que se le volviera a parar, ella rápidamente me quito la mano y me dijo que ya estaba cansada, se metió a bañar y yo sólo me senté en la cama decepcionado de que habiendo sido una de las mejores vivencias que había tenido, no hubiese durado ni la hora que ella había prometido y que previamente habíamos quedado, salió de bañarse, se arregló y se marchó.
A pesar de que no hubo besos, creo que al final lo caliente del momento hizo que hubiese cierta entrega de su parte, pero quede muy enojado porque me había dicho una hora y apenas fueron 40 minutos, no la volví contratar por lo mismo, sabía que a la hora de la hora me iba aquedar mal; además en ese entonces ella tenía novio, lo que me hizo entender varias cosas, hoy por hoy veo sus fotos y noto que ya se le empiezan a ver los años encima, por otra parte, recuerdo aquel encuentro, sin duda una de las mejores experiencias sexuales que he tenido.
No volví estar con ella.