Un gusto caballeros
He aquí mi relato.
Ella utilizaba el nombre de Narumy, en aquellos entonces, ya la había visto desde que empezaron a atraerme las chicas como ella, veía sus fotos y para mí era como la novia que siempre había querido, linda, cabello largo, delgadita para hacerla a mi antojo, nada voluptuoso pero tampoco era alguien con peluca, ya se veía que se había operado la nariz, senos, mentón, frente, etc.
En fin, iba y venía de su estado natal a la CDMX, una vez cada dos o tres meses, ya la traía bien checada y cada que la veía anunciada aquí, siempre me quedaba con las ganas, pasaron como dos años hasta que por fin todo fluyo para poder conocerla.
Vi su anuncio en la página y le mande mensaje, tardo en contestarme y me dijo que apenas venía en camino y que llegaría dos días después, me dijo lo que cobraba y dónde se iba a hospedar y que contaría con lugar.
Recuerdo que el día que me había dicho que estaría ya aquí le marque nuevamente, pero me dio otro costo a lo que le comente que anteriormente había hablado con ella y me había dado uno menor y que si podía respetármelo, me respondió que estaba bien, pero que le asegurara que en efecto iba a tomar sus servicios; acto seguido le respondí que sí, nuevamente me dio el nombre del lugar en el que se había hospedado y le dije que tardaría unos 40 minutos en llegar y que, una vez estando ahí le volvía a marcar para que me pasará el número de habitación.
Estando afuera de su lugar, procedí a marcarle, me dio el número de habitación y le pedí que si por favor me podía recibir en una lencería Calvin Klein de color azul marino que vestía en su anuncio pues para mí se veía súper sexy con ella, me respondió que no la traía pero que se pondría algo, me dijo que me esperaba y le respondí que ya subía.
Toqué a su puerta, me dijo ya voy, me abrió y ahí la tenía, vestida en una especie de vestido de color verde olivo o lencería, nunca supe qué fue, con extensiones de cabello ondulado, la abracé y empecé a acariciarla, era tal cual sus fotos, ni más ni menos; ella acariciaba mi entrepierna por encima del pantalón cuando me dijo: “bebe me pagas” saque el dinero y se lo di, ella lo guardo y pudimos continuar, intente darle besos pero hacia todo lo posible por no besarme, no les mentiré, me decepciono, pero no por eso iba a dejar de estar con ella.
Le quite el vestido o lencería con la que me esperaba, dejando ver su cuerpo desnudo, literal era la novia que siempre quise.
Ya sin ropa me puso un preservativo y empezó a engullir mi virilidad, honestamente no sentí nada, pero ver a la que fue mi novia por unos minutos lo hiciera, para mí era más que suficiente para excitarme.
Así pasaron los minutos y le dije que quería ser uno con ella, me cambió el preservativo, se dio la vuelta para quedar en cuatro, con su trasero viendo hacia mí, al borde de la cama. Yo estaba al tope de mi hombría, fui entrando en ella poco a poco, sentía como se retorcía del dolor por no haber usado lubricante; estaba estrecha y apretaba sus nalgas para no dejarme entrar, lo que no sabía ella, es que así me doliera no iba a desperdiciar la oportunidad. Estando completamente adentro empecé a moverme lentamente hasta que me gano la pasión y decidí incrementar el ritmo de mis movimientos, al mismo tiempo que besaba su espalda, recorría sus extensiones para dejar su cuello desnudo y besarlo, mientras con mis manos estimulaba su sexo, cuando lo sentí con mi mano note que no pasaba de cinco o diez centímetros de largo, era apenas un pequeño y delgado pene.
Decidí cambiar de posición, quería ver su rostro excitado, de gozo, la tenía acostada de frente observando su rostro de dolor al compás de mis movimientos, para mí era increíble tenerla así. No resistí y le dije que me agarrara del cuello, ella me rodeo con sus brazos, yo pase mis manos por debajo de sus piernas y la cargue, era una posición que sólo había visto en contenido para adultos, y que aprovechando lo delgada que era pude practicarla. Movía mi cadera al unísono mientras veía la escena reflejada en el espejo que daba hacia la cama. Debido a un movimiento muy brusco de mi parte, mi hombría salió que sus entrañas, lo que ella aprovecho para decirme que sí la podía bajar.
La recosté en la cama y me dijo que le había dolido, no me importo, sólo me disculpe con ella, aprovechamos para descansar, le dije que quería seguir disfrutando de su ser, ella accedió, pero esta vez uso un preservativo con lubricante y me dijo que sólo fuera una pose, accedí. La recosté al borde de la cama frente a mí, fui entrando en ella con mayor facilidad, debido al lubricante del preservativo, hasta que fuimos uno solo nuevamente. Estando así la bese por todo el cuerpo, sus senos, succionaba sus pezones, besaba sus brazos hasta que subí hasta su cuello, de ahí no me moví, besaba y mordisqueaba su cuello, mientras con mi cadera hacia movimientos suaves y cadenciosos estando dentro de ella, al mismo tiempo que le decía en un tono suave al oído “despacio, despacio”.
De repente sentí como me jalo del cabello, fue cuando volteé a ver su rostro y era el de una persona que estaba disfrutando lo que estaba sucediendo, por un momento volteo a verme y quiso besarme, pero creo que supo que si lo hacía quedaría indefensa, se entregaría en cuerpo y alma a lo que estaba pasando y dejaría de ser una simple transacción, rápidamente volteo su rostro, tiempo después me lamentaría por no haber aprovechado ese breve, pero muy breve instante y besarla.
Así continúe hasta que de repente escuché que me dijo: “ya me vine”, eso rompió el momento, salí de ella y vi el líquido transparente que corría por su abdomen, ella se enojó mucho porque, me dijo, que usaba hormonas y que si eyaculaba pues todo lo expulsaba por ahí.
Yo aun estando erecto me vio y me dijo “te la chupo”, no era lo que quería pero accedí a ello, bajo nuevamente y engullo mi hombría, fue largo tiempo el que estuvo así, para mí era excitante ver esa lindura tan natural que poseía engulléndome a fondo. Finalmente descargue mi ser dentro de su boca, ella fue al sanitario a lavarse la boca, se quitó y puso ropa cómoda, mientras estaba desnuda frente al espejo yo sólo observaba su belleza natural, me vio y me dijo “qué”, recuerdo haberle dicho “no nada, sólo te veo”. Así terminó aquél encuentro.
Años después intente volver a contactarla, pero me dejo plantado, lo peor es que cuando me colgó enojada me llamó “piojoso”, ni me inmute cuando paso, así es esto.
Hoy por hoy, creo que ella está en su ciudad natal y me parece que tiene como dos años que ya no ofrece sus servicios. Desconozco a qué se dedique ahora.
Una disculpa por lo largo de la historia.