Que tal compañeros adictos a este prohibido arte
Esto pasó ya hace algunos años, tantos que ya no recuerdo exactamente cuando fue. Ya tenía tiempo que había visto algunas traviesas que se ponían a talonear en Eduardo Molina en Cdmx, los que conozcan la zona sabrán que no es de lo más tranquilo que puede haber y sobretodo en la noche. En fin, algunas veces habia pasado en el coche y habia preguntado precios pero no me habia aventado a subir a ninguna.
La noche en cuestión, había salido de una pedita en casa de unos amigos y pensé "ahora sí me voy a aventar" así que tome rumbo hacia allá. Iba de camino por la colonia Providencia y a lo lejos ví caminado a alguien que me llamó la atención. Era cerca de las 1 o 2 de la mañana, cerca de fin de año por lo que hacía bastante frio y a unas calles se veía una figura flaca con una falda cortita tableada gris y una blusa blanca con unos tacones enormes nada discretos color rojo. Por la forma de caminar claramente se notaba que era una traviesa. Pase despacio a un lado, al pasar me vio y me hizo una seña para que me acercara. Me pase de largo en el coche y con ese sentimiento entre adrenalina y nervios me di vuelta en U unas calles adelante. Cabe mencionar que en ese tiempo fumaba y llevaba los vidrios del coche abiertos. La avenida por la que la Vi tenía un camellón enmedio por lo que para poder regresar dónde estaba tenía que pasar nuevamente frente a ella. Pase despacio y en esta ocasión me hizo el famoso "psssst" junto a la seña de que me acercara.
Me di la vuelta un par de calles más adelante y pensé" ching su ma, a ver qué sale".
Me pare a su lado y se acercó a la ventana y me dijo:
- Hola mi amor, cómo estás?
- Bien y tú? No tienes frío?
- Mucho, oye me das un raid a la Clínica de Molina?
Cabe mencionar que este es el lugar donde había visto que se ponían a talonear.
Lo pensé unos segundos y como estaba bastante más chavo me entró un nervio raro de que alguien que me conociera me viera, que en ese momento pasará alguna patrulla y me atoraran, que en cuanto la subiera me iban a caer tres tipos y me iban a asaltar, en fin, un montón de chaquetas mentales.
Mientras lo pensaba mi calentura le dijo:
- Si, súbete
Le abrí los seguros y se subió al coche.
Ya cuando la ví de cerca me di cuenta que estaba bastante feita pero con muy buen cuerpo y unas piernas flacas y largas.
En cuanto se subió al coche me dijo:
- Regálame un cigarro
Y en cuanto me dijo esto, atravesó el brazo y paso la mano hacia mi pantalón y me empezó a frotar los huevos y la pistola.
Mientras le pasaba el cigarro me seguía jugueteando, se lo di, se lo prendí y en ese momento metí la velocidad y arranque.
Cabe mencionar que mi coche era automático que es algo que agradezco porque pude ir haciendo todo lo que les contaré sin tener que ir metiendo los cambios.
Ya con el coche andando le pase la mano por la pierna y sentí que estaba helada.
- No manches, estás bien fría.
- Si, pero no de todos lados.
Me agarró la mano y me la llevo hacia sus huevos.
Cabe aclarar que era la primera vez que tocaba unos que no fueran los míos.
Traía una tanga roja suavecita y empecé a frotarle tambien el miembro a través de la tela, se sentía bastante bien.
No se sentía muy grande, algo de tamaño normal.
La voltee a ver a los ojos, soltó una carcajada y me dijo:
- Vamos a chocar, tu enfócate en manejar.
Me quito la mano de dónde la tenia, se hizo un poco para atrás y se empezó a quitar la tanga.
Me tomo de nuevo la mano y me dijo:
- Así está más fácil.
Se la empecé a jalar despacio y sentí cómo le iba creciendo. Yo seguía manejando.
Ella se puso a cambiarle al estereo y puso algo de electrónica, empezó a bailar en el asiento y mientras yo se la seguía jalado y acariciando sus huevitos.
Llegamos a un semáforo, no habia ningún coche a los lados, se me quedó viendo y me dijo:
- Que mal plan, no la saludaste bien.
Ya me imagino la cara de pendejo que puse que se empezó a reír y me dijo:
- Si, le gusta que la saluden de beso.
Voltee para todos lados y no había ni un alma alrededor, mire en el retrovisor y no se veían ningunas luces.
Se recargo un poco en el asiento y levanto la cadera, alcance a ver qué la traía a media asta y me dijo:
- Ándale, dale un beso en la cabecita.
Esa fue la primera vez que lo hice.
Me acuerdo que en cuanto me iba acercando me llegó el olor a fish tan característico y le di un beso rápido.
A mí me daba más miedo que me fuera a llegar una patrulla u otro coche pero la adrenalina que sentí estuvo chida.
Se puso el verde, avanzamos y se la seguí jalando hasta un punto en que sentí que ya la traía bien parada.
Para este punto yo estaba más enfocada en ella y no me había dado cuenta que yo también ya andaba bien paraguas. Me pasó la mano por el pantalón y me dijo:
- Alguien quiere salir y se empezó a reír.
En eso llegamos a una de las avenidas de Casas Alemán y me pare en una esquina que estaba obscurona. Apague las luces del coche y quite la velocidad pero no lo apague.
Se me quedó viendo y se hizo para atras.
No me iba a quedar con las ganas de darle aunque fuera unas chupadas.
Me quite el cinturón de seguridad y le di un lenguetazo desde el tronco hasta cabeza, despacito. Después se la pele bien con la mano y le pase la lengua haciendo círculos en la cabeza mientras me la metía en la boca.
Que rica sabía su verga.
Se la chupe un poco más, tal vez torpemente por ser la primera vez pero yo senti que era algo natural que me salía bien.
Se la seguí chupando un par de minutos más mientras jugaba con la mano con sus huevos.
Estaba yo bien metido en es cuando de pronto me puso la mano en la frente, me jalo y me dijo:
- Quieres que me venga? Eso ya te costaría.
En ese momento me cayó el veinte de lo que estaba haciendo y que estaba en medio de la nada.
Le dije:
- No amor, solo quería probarla a ver a qué sabía.
Se empezó a reír y me preguntó:
- A poco es la primera que chupas?
En eso me puse el cinturón, me eche en reversa y empecé a manejar de nuevo.
Mientras iba manejando se empezó a poner de nuevo la tanga pero se la puso de lado, ya la traía de nuevo a media asta.
- Vamos a un hotel y te dejo que me la chupes todo el tiempo que quieras, dame $200 y te voy a enseñar algunas cosas mientras la sacudía y me la enseñaba.
La neta me dio miedo. Estaba más chavo y para mí con lo que había hecho hasta el momento era suficiente.
Le dije que no y me dijo:
- Va, ahorita dónde me dejes es donde normalmente estoy, cuando se te pase el miedo o traigas dinero me buscas.
No tenía idea al mounstro que ha ia despertado jajaja.
Segui manejando y ella se la guardo por completo.
Llegamos al lugar, se bajó y regrese a casa.
Ese día casi me la arranco recordando lo que había hecho y así fue como empezó mi gusto por este arte de las traviesas.
Poco a poco les iré contado algunas otras anécdotas, que cómo se imaginarán, tengo un par.