Para mí ha sido como un 50%, normalmente las que tienen más clientes tratan de no venirse para mantener pila. Las que son sólo pasivas, que son las que yo prefiero, se vienen con mayor frecuencia, especilamente si se montan en la verga y ellas solitas buscan ensartarse cerca del punto G; ayuda hacerles circulitos suaves en los pezones. A mí me gusta que me avienten la leche sobre la panza, me gusta sentir sus contracciones anales cuando están reventando. Apenas estuve con una bastante feminina, hormonizada, delgada y de estatura baja, muy fememina... esta cabrona no se quería venir porque dijo que su ginecólogo (el buey que le da el tratamiento hormonal) le dijo que no se debería venir para que no perdiera las hormonas. La cosa es que le escupí y de puro churro se atiné a la cabeza de la verga, se la dejé mojada. Se me quedó viendo, la atraje hacia mí y puso las manos en mi pecho para frenarse, así con la verga lubricada la dejé que la tallara sobre mi panza, se fue calentando cada vez más, se intentó safar para no venirse, pero la agarré de las nalgas y no la dejé escapar. Cuando se vino dijo puras leperadas, con voz ronca, ese detalle me gustó porque parecía que se le hubiera metido el diablo. Se vino largo y no muy voluminoso, pero se retorcía de placer, seguro llevaba como seis meses sin venirse. Al final se despidió de mí con un abrazo cariñoso.