Mi primera verga real
Como les comenté anteriormente, para mis 20 años seguía con la novia en turno pero ya me había vuelto un adicto a las chicas de casas de cita, en esa época ya estaba en la universidad y un amigo y compañero mío prácticamente se mudó a la casa de mis papás, él vivía por Cd Azteca, la universidad estaba al sur de la ciudad y yo vivía a unos 30 minutos de la escuela, como nos conocíamos desde la prepa fue fácil que mis papás le ofrecieran posada para estudiar y hacer tareas en mi casa.
Siempre tuve en mi cuarto una cama matrimonial y era fácil compartirla con mi amigo, una noche, creo que estábamos en sexto o séptimo semestre de la carrera accidentalmente roce su pene y de forma natural le dije “¡órale, te trajiste la tranca de tu casa!”, él me contestó “¿pues que tú no estás igual?”, yo le dije “no, realmente soy petite” a lo que él respondió “a ver”. Ya estábamos acostados y con la luz apagada, dirigí su mano a mi verga y en cuantó sentí su tacto empecé a rectarme, me dijo “no está mal” yo le pregunté si podía sentir la suya y me dirigió hacia su herramienta, ¡era la primera vez que tocaba una verga en mi vida! Al principio la tenía dormida pero fácilmente se sentía de unos 15 cm, uncut, con un prepucio pequeño pero que cubría perfectamente el glande, la mía está circuncidada, por lo que encontrarme con ese pedacito extra de piel me excitó aún más, claro ya había visto prepucios en vídeos porno, pero sentirlo y “pelar” la verga de mi amigo era otra cosa. Bajé mi mano y sentí un enorme, par de testículos, le colgaban de manera deliciosa, los apreté, los torcí hasta que me dijo que lo hiciera despacio, regresé a su verga que para ese momento ya estaba completamente erecta, lo digo con total honestidad, era una verga enorme, gruesisíma, curvada hacia arriba y un poco chueca hacia la izquierda, creo que no he encontrado una chica trans con esas medidas. Tengo manos grandes y sé que la extensión de mi pulgar al meñique es de 22 cm, medí con mi mano extendida su verga y me faltaban otros 2 o 3 cm para abarcarla, le dije a mi amigo “tienes como 24 cm” a lo que él me corrigió “mide 25 cm”.
Ese fue un momento de gran excitación y placer sensorial, sentía como mi ano se contraía, como pidiendo tener la verga de mi amigo dentro, sin embargo, algo lo cohibió y retiró mi mano de su enorme trozo de carne y se dio la vuelta para dormirse, yo tardé varios minutos en conciliar el sueño.
Así pasaron varias noches en la que le pedía tocar su verga, un día en que nos estábamos cambiando para irnos a la escuela se le cayó la toalla y pude apreciar ese monumento de pene que tenía, aunque dormido, se veía enorme y un hermoso par de huevos colgando de su pelvis, era muy higiénico y se veía que cuidaba con un buen corte sus partes.
Una noche de tantas que estaba en casa nos fuimos a a cama y después de tantos escarceos e insinuaciones que le hacía aceptó que volviera a tocarlo, prendí la lámparita del buró y la ajusté de forma tenue para poder apreciar las joyas de mi amigo, comencé a acariciar su abdomen y poco a poco bajé hasta su pelvis, para ese momento su verga estaba en su máximo esplendor, comencé a masturbarlo, en pocos minutos empecé a sentir una secreción le pregunté si se estaba viniendo, me dijo que estaba lubricando, no sé si le pasé a todos los circuncisos pero yo tengo que estar muy excitado para lubricar, pero el pene de mi amigo en ese momento estaba bañado en lubricante lo que hizo más fácil que lo masturbara, recorrí con mis dedos cada centímetro de su tranca, retirando el prepucio de su glande y dedicándole mucho tiempo a pasar mi dedo por él (el glande) acariciándolo en movimientos circulares, primero lento y luego más rápido (las extensas horas de porno y mis aventuras con chicas de prepago me habían enseñado qué nos gusta a los hombre) en ese momento sentí como los conductos de mi amigo transportaban su más preciada carga hacia afuera, fue delicioso como explotó y expulsó una cantidad enorme de semen, ahora que lo pienso mi amigo es un semental actualmente tiene 5 hijos, jaja.
Una vez que termino, se subió el pantalón del pijama y se durmió.
Durante algunos meses seguimos teniendo este tipo de encuentros, hasta que un buen día decidí que era momento de sentir ese pedazo de carne en mi culo, desgraciadamente los tabúes de mi amigo eran varios y no sentía que estuviésemos haciendo algo “correcto”.
Una de las últimas veces que estuvimos juntos, ya estábamos en el último semestre de la carrera, y después de una serie de exámenes y proyectos decidimos irnos de fiesta y tomamos algunos tragos, yo estaba lúcido y él también, sin embargo, el alcohol nos deshinibió y esa noche comencé a tocarlo y entonces le dije que quería mamarle la verga, yo estaba sentado en la orilla de la cama y él estaba de pie, desabroché lentamente su pantalón, bajé su boxer y ahí estaba delante de mi ese enorme y hermoso pene ya erecto y listo para recibir un beso de mis labios, casi inmediatamente empezó a lubricar, el sabor de sus jugos era un elixir para mi, en pocos minutos empezó a retorcer su cuerpo y por primera vez en mi vida saboreé
el delicioso elixir que es el semen de un hombre joven y vigoroso, digo vigoroso porque creí que esa noche eso iba a ser todo, sin embargo, ya en la cama y descansando de ese sexo oral que le dí a Leonardo, él seguí duro como piedra, en ese momento estábamos desnudos en la cama y yo sólo empecé a arrimar mi trasero hacia su verga, él me tomó por la cintura y empezó tratando de introducir su trozo de carne duro en mi culo, no tenía ninguna clase de lubricante, pero el lubricante natural de Leo era excesivo y suficiente para que empezara a embarrarlo en mi ano, sólo pude decirle que fuera despacio, él decía que hacía mucho que quería hacerme su puto que le gustaban mis nalgas y así de la forma más natural empezó a culearme, primero despacio, después un poco más fuerte, cambiamos de cucharita al perrito, le penetración fue más profunda con esos 25 cm y como 5 cm de diámetro de pene tocó hasta lo más profundo de mi ser con sus movimientos masajeó de una forma tan placentera mi próstata que exploté en chorros de leche, finalmente, me dijo si quería seguir y le dije que sí, la excitación estaba al full, me puso de frente y nos comenzamos a besar, primero eran unos besos muy recatados y tiernos, al cambiarme de posición empezó nuevamente despacio, pero conforme aumentó la velocidad me vine por segunda vez y entonces Leo preguntó si podía venirse dentro de mi, le dije que era lo que más quería en el mundo que me dejara preñado, así lo hizo y fue otro momento mágico de esa noche quedarme dormido con sus mecos dentro de mi.
Fue mi primera experiencia homosexual y la más satisfactoria de mi vida, durante los últimos meses de la carrera seguimos cogiéndonos cariño, casi todos los días yo era su putito y él mi padrote, lo hacíamos en casa de mis padres, en la escuela y hasta en el parque, también descubrí con Leo que soy un exhibicionista, en alguna ocasión nos metimos a un hotel y lo hicimos con la puerta y las cortinas abiertas, veíamos como los curiosos y las curiosas entraban al cuarto o se asomaban desde las ventanas para vernos fornicando y masturbarse mientras lo hacíamos frente a ellos, con nuestros cuerpos sudados y viendo como me dejaba Leo todo el culo y la boca cremeados, obvio a los 20 podía venirse hasta 3 veces sin sacar su brocha de mi culo, siempre en cantidades enormes, alguna vez llené hasta medio vaso de los que ponen en los hoteles con su semen y lo bebí cual elixir, despacio y disfrutando su sabor.
Acabó la escuela y dejamos de frecuentarnos, aún pienso si Leo hubiera propuesto continuar yo me habría declarado totalmente homosexual y quizá sería su esclava sexual al día de hoy, pero sus ideas conservadoras lo llevaron a que pocos años después de egresar se casará y tuviera 5 hijos, a la fecha nos vemos en las reuniones de la escuela cada año pero esos 4 meses en que fuimos pareja los tiene borrados de su memoria, yo, por otro lado, los atesoro como algunos de los momentos más excitantes de mi vida y el momento en que caí rendido ante la VERGA.
Aún falta contar el momento en que llegué al hermoso mundo de las chicas Trans. Saludos y, una vez más, disculpen lo largo del texto, esto lo estoy tomando como un ejercicio de memoria, escudado del anonimato para contar las cosas que no puedes decir a mucha de la gente que conozco.